Móra d’Ebre ha estat d’una manera o altra lligada a la història peninsular, infinitat de personalitats espanyoles han passat, o han pernoctat a la vila en algun moment de la seva història. Artur Cot, en aquest escrit del 1955, descriu el “paper” de Móra d’Ebre durant la guerra de la independència (del Francès, pels catalans).
Mora de Ebro durante la guerra de la Independencia
Son innumerables las gestas gloriosas de la Historia de España, que están presentes en la memoria de aquellos que la aman con fervor; es indudable, que una de las que más se recuerdan, es la Guerra de la Independencia, aquella en la que demostró al mundo, que los españoles seguían siendo herederos del valor y heroísmo de Sagunto y de Numancia, haciendo escribir durante el sitio de Zaragoza – Norte de la Hispanidad el más lacónico parte de las grandes campañas napoleónicas: “Después de dos días y dos noches de combate hemos tomado la casa número 1 de la calle de Pabostre. Ignoramos cuando se podrá tomar el número 2”.
Souchet distribuyó su ejército por Rasquera, Tivenys, Masos y Tivisa, permaneciendo el grueso del ejército en Mora, donde habilitaron el gran convento de los Franciscanos como residencia de las tropas y del propio general, por encontrarse el astillo en estado ruinoso.
El día 12 salió de Mora una columna del ejército galo con dirección a Tivisa, donde ocasionaron grandes daños, incendiando la población después de un intenso saqueo.
Por el mes de agosto los franceses al mando de Nabert y Klopick, persiguen al español Villacampa que dirigía algunas operaciones por los alrededores de Mora, el 21 del mismo mes pasaron a nuestra población los ejércitos franceses de Tivenys y Cherta con toda la artillería.
El 10 de diciembre se enteraron las tropas españolas por un paisano de Mora, de que en esta población se hacían grandes preparativos para el asedio de Tortosa; concluido éste a primeros de enero de 1811, Souchet dejó en Mora un fuerte destacamento militar para vigilar la comarca e impedir, que la sitiada Tarragona recibiera ayuda desde la región levantina. En un principio la citada guarnición estaba mandada por Palombini y más tarde por el coronel Kesinonsky.
A finales de mayo del mismo año 1811 una columna de tropas francesas se dirigió desde Mora a Vilella para hacer una requisión, pero el capitán Bonet que había sido mandado por el coronel Villanil con 400 infantes y 6 caballos, impidió el propósito de los franceses.
El más importante de los sucesos acaecidos durante la ocupación francesa fue el realizado por D. Narciso Gay y sus Leales Manresanos, éste se propuso “nada menos, que entrar en Mora de Ebro y sitiar la casa convento de San Francisco, situada fuera del pueblo, con buena guarnición y muy bien fortificado”. (A. Bofarull “Historia de la Guerra de la Independencia en Cataluña”).
Se encontraba Gay en Ginestar el día 11 de Mayo de 1812 y creyendo que los franceses no sumaban más de 150 hombres y que no podían ser socorridos atravesó el río aprovechando unas barcazas cargadas de paja que se dirigían a Tortosa; una vez cruzada la corriente se encontraron con un reducto francés al que atacaron, apoderándose de un cañón y de 32 fusiles. Más tarde atacaron la villa por la retaguardia, entrando en ella a las 6 de la tarde del mismo día; una vez ocupada se vieron atacados por una columna francesa que pasaba por las cercanías de Mora, mientras del convento asediado salían 1.800 infantes y 75 caballos; (dato que hace suponer lo grandioso del edificio) ante tal contratiempo, el valeroso soldado y sus ejércitos libertadores, tuvieron que abandonar la población que permaneció en poder de los invasores hasta agosto de 1813 en que fue abandonada por los ejércitos napoleónicos.
Durante la ocupación francesa debemos suponer que hubo en Mora diversos saqueos y destrucciones, lo cual confirman muchas traiciones transmitidas a través de un siglo y medio de aquella contienda.
También es de suponer que entre los ejércitos españoles y franceses hubo diversos reencuentros de escasa importancia.
Finalmente debemos recordar, que el tesoro de la parroquia, no sufrió merma alguna, ya que había sido cuidadosamente escondido. La tradición popular señala que la magnífica imagen de plata del Percusor, que labrara en 1800 Fernando Salón fue ocultada en la villa de la Fatarella.
Concluida la campaña, la paz reinó de nuevo en nuestra villa, pero el desventurado reinado del inepto Fernando VII nos tenía reservadas otras dolorosas efemérides que recordar, pero cuyo estudio no guarda relación con el presente trabajo.